Chloe Coplen-Anderson, de 18 años y originaria de Gordon, Nebraska, ha sido condenada a una pena de prisión de entre 35 y 60 años tras declararse culpable de asesinato en segundo grado por la muerte de su hijo recién nacido. El juez Travis O'Gorman dictó la sentencia en un tribunal de Rushville, calificándola como "con diferencia, la sentencia más dura que he impuesto".

Durante la audiencia de sentencia, la defensa presentó testimonios que describían el grave abuso doméstico y sexual que Coplen-Anderson sufrió durante su infancia. Como resultado de ese trauma, se le diagnosticaron múltiples afecciones de salud mental, incluido el trastorno de estrés postraumático y el trastorno depresivo mayor. La defensa también señaló que Coplen-Anderson quedó embarazada a los 15 años de un joven de 19 años.

"No hubo nada bueno en este caso, desde los antecedentes de Chloe y todo el abuso que sufrió hasta lo que le sucedió al niño", declaró el abogado defensor Todd Lancaster.

Los fiscales describieron un panorama sombrío del crimen, afirmando que el recién nacido sufrió 17 puñaladas y que Coplen-Anderson intentó encubrir el acto limpiando la escena y escondiendo el cuerpo en una bolsa en su armario. También presentaron pruebas, incluidas búsquedas en Internet, para argumentar que era consciente de su embarazo.

"La víctima era un bebé tan vulnerable e indefenso. Eso lo hace difícil", dijo el fiscal del condado de Sheridan, Jamian Simmons. "Fue uno de esos casos que fue duro para el personal de emergencias, la policía y los socorristas debido a la naturaleza de eso. Luego tienes los hechos del caso. Hay mucho trauma que la propia acusada había sufrido en su vida que tuvo que ser considerado. Es un caso muy, muy triste".

Tanto la fiscalía como la defensa expresaron su esperanza de que el caso sirva como una llamada de atención para reconocer las señales de advertencia e intervenir antes de que ocurran tales tragedias.

"Fue muy complejo. Por eso tuvimos expertos que testificaron", dijo Lancaster. "Había muchas cosas sucediendo en la vida de Chloe antes de que todo esto sucediera. Espero que algo bueno pueda salir de esto: que los adultos presten atención a las vidas de los niños, para que no tengamos que tener algo como esto suceda de nuevo."

En sus comentarios finales, el juez O'Gorman reconoció la tristeza del caso y alentó a Coplen-Anderson a aprovechar los servicios de rehabilitación mientras esté en prisión. También señaló que el crimen podría haberse evitado si los adultos en su vida hubieran estado más atentos.